jueves, 2 de enero de 2014

El relato de las Emociones



LOS TESOROS DE JUVE

Llegado el día, Juve decidió aventurarse en el mundo del que Sophia le hablaba. Se preparó con anticipación para viajar a ese mundo y cargó con lo necesario para mantenerse vivo y regresar con bien, pero su Sophia le dijo que lo único necesario que debía cargar era con su alma, y lo despidió con las manos vacías. 

Antes de cruzar la gran línea divisora, su Padre le detuvo y le dijo:

-Hijo mío, para esta aventura que has decidido necesitarás de estos regalos que te entrego-

-Pero Padre- respondió Juve – Sophia me ha dicho que solo con mi alma es necesario cargar.

Su Padre le esclareció. – Lo que voy a darte no deberás cargarlo, será parte de ti como la sangre y habitará invisible en ti como el aliento-.

El Padre le mostró su mano y en ella había 6 objetos con diversas formas y colores, y entonces le explicó:

-Estos tesoros que yo te doy, deberás utilizarlos con inteligencia y discernimiento. Cada joya tiene un propósito y te ayudarán en tu viaje por ese mundo que decides conocer.

Te doy la esfera purpura; la nombro Miedo y será como tu protector, te ayudará a ser precavido y te advertirá para no lastimarte. Úsalo frente a lo desconocido.

Te entrego la flecha rosada a la cual llamo Alegría; incansable motivador al cual escucharás para animarte e impulsarte, la Alegría será quien te inspire y te ayude a seguir.

Ahora recibe la estrella roja del Coraje; será necesario para que puedas superarte y vencer tus propias limitaciones cuando des tu máximo.

Aquí tienes la gota azul de la Tristeza. Con ella aprenderás a valorar lo que tienes y a estar siempre agradecido. Úsala de vez en cuando y solo en suficiente cantidad.

Este es el espejo verde de la Aversión. Útil será en tu viaje para que puedas ver lo que es necesario mejorar. De todos, es el tesoro que se comporta diferente, se mostrará siempre en el exterior, pero será solo el reflejo de lo que habita dentro de ti.

No te vayas sin llevar contigo este lente dorado que es la Sorpresa; te mostrará que siempre existe algo más. Si miras a través de ella, algo nuevo encontrarás en cada ocasión.

Guardaras estas joyas invaluables en tu centro llamado corazón, así serán tu guía y lo primero que escucharás.- Y despidiéndolo con un fuerte abrazo y su inmedible Amor, el Padre lo bendijo y lo despidió, más nunca lo dejó.

Juve cruzó la línea y llegó a un nuevo mundo y recordando las palabras del Padre, comenzó su camino escuchando a sus tesoros. 

Primero usó la esfera purpura que levantó un escudo a su alrededor, era un útil consejero frente al nuevo y desconocido mundo por el que caminaba. Miedo ayudó a Juve frente a cada situación que conocía por primera vez, y escuchando sus consejos, Juve pudo tomar sabias decisiones y mantenerse salvo de peligros que asechaban. Solo cuando escuchaba detenidamente a su consejero y se sentía plenamente satisfecho de sus decisiones, Juve salía de la esfera que lo rodeaba y emprendía las acciones que eligió, logrando con éxito cada plan que su mente originó. 

Todos los días, la flecha de la Alegría inspiraba a Juve a salir de su casa y también lo alentaba a para que pudiera volver. Cuando el cansancio y la noche podían alcanzarlo, era Alegría quien lo mantenía en pie y le daba fuerzas para seguir su camino y terminar la misión que se había propuesto.

El día en que una muralla se levantó sobre Juve, fue Coraje quien lo iluminó y lo enseño a escalar. Coraje era un maestro duro y áspero, pero Juve decidió siempre escucharlo y aprender de cada enseñanza que la estrella roja le compartía.

Una vez cada cierto tiempo, Juve vertía una gota de Tristeza en sus ojos, y ella, abrazándolo fuerte, le hablaba sobre todo aquello que él tenía, de aquellas cosas a las que renunció, y también de aquello que aun no lograba obtener. Cada charla con Tristeza le daba a Juve motivos de sobra para agradecer las bendiciones, retos y carencias que podía nombrar.

Era al espejo al que no comprendía muy bien, le resultaba innecesario hablarle a través de los demás, mas sin embargo, Juve se valía de la Aversión para seguir puliendo y mejorando todo aquello que él creía ya dominar.

No olvidando el brillo de su lente dorado, Juve recurría a él cuanto podía para así seguir aprendiendo algo nuevo, incluso de aquello que creía totalmente conocer; era la Sorpresa la que se encargaba de mostrarle a Juve las novedades que ese magnífico mundo tenía para él.

No fue hasta que un día, una idea nació en la mente de Juve; insistente y desmesurada, la osada idea lo llevo a imaginarse lo que pasaría si sus tesoros fueran utilizados para propósitos diferentes a los que estaba acostumbrado utilizar. Juve, ingenuamente, decidió hacerle caso a la idea creyendo que sus majestuosas joyas podían servir para algo más de lo que su Padre le había dicho, y entonces decidió experimentar.

Comenzó por no hacer caso a los consejos de Miedo, y librándose de la esfera, en busca de nuevos retos avanzó. Decidió usar todo el tiempo su lente de la Sorpresa y desplazando a la Alegría como su inspiradora, la curiosidad se multiplicó. 
Fue entonces que sacó la estrella del Coraje para explotar más sus habilidades, pero con cada exceso que él hacía, la estrella se volvía aún más áspera y filosa y lo lastimaba al salir y regresar a su corazón, y a ese ser que traspasaba fue a lo que Ira llamó. 
No tardó en enfrentarse contra un muro, y sin el Miedo como su precavido amigo, Juve se estrelló. Lastimado y decaído, acudió a Tristeza para charlar mientras se reponía, y al ser su íntima amiga, le dijó que no lo dejara de abrazar, y Juve en la Melancolía cayó. 
Harto de la amargura de la lágrima, volvió arrepentido a la esfera, pero ella, al ver las heridas de Juve, se tornó escudo de piedra y por un largo tiempo aislado en el Miedo quedó. No fue hasta que recurrió de nuevo a la flecha, y con la Alegría, el muro atravesó. Mientras lejos del miedo corría, Juve un recuerdo llevaba, era el Temor quien del miedo nacía y que de Juve se alimentaba. Aturdido exprimía a la flecha, quien lo ayudaba a no retroceder y lo mantenía lejos de la esfera a la cual no quería volver. Fue el Temor quien lo llevo exceso y entonces la flecha quebró, al exprimirla con extremo, entonces la Euforia estalló. Sin una guía no le quedó más remedió y Juve a Tristeza llamó, pero ella al abrazarlo, a la Culpa procreó. 
Derrotado por sí mismo, su lente retiró, decidió no volver a usarlo y así la Sorpresa murió, dando paso al Aburrimiento quien con la Rutina se casó, procreando varios hijos a los cuales Juve crió: Tedio, Disgusto y Fastidio hasta que la Indiferencia nació.
Viendo todo silencioso, Aversión se apareció, y mostrando su reflejo a Juve solo le molestó. Decidió culpar al mundo, y a su Padre por igual, y sin ver la oportunidad que el espejo le mostraba, decidió ya no mirar. Fue entonces que el espejo cedió frente a su demanda, y decidió mostrarle a Juve solo aquello que el ansiaba. Falsedad y Apariencia controlaron al espejo y Juve en su inocencia les creyó cada complejo. Aprendió de sus nuevas maestras y al Engaño multiplicó, sin saber que la Mentira de su gemelo nació.

Asumiendo sus errores Juve padeció, y al terminar su tiempo en la Tierra, con su Padre regresó. Se disculpo por su osadía, y frente al Padre pidió Perdón, y fue así como la Misericordia del Amor del Padre emanó.

Entonces el Padre de Juve, seis nuevos tesoros le dio y le pidió que regresara bajo otro nombre y con otra misión. Volverás para enmendar los frutos de tus decisiones, y todo eso lo harás con los frutos de tus convicciones. 

Fue así que el Padre a Juve otra oportunidad le dió, pero gracias a su aprendizaje ahora Experiri lo llamó.


Autor: Jerry Yeverino
2 de Enero 2014

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